Fuente: Vicent Torres / Diario de Ibiza – nov 09, 2015
Categoría: NOTICIAS
El triatleta ibicenco se impone en la primera edición del Ibiza Blue Challenge, en la que destaca el escenario de la prueba por encima de la participación.
Juan Carlos Campillo cruzó la ayer la meta de la primera edición del triatlón de distancia Ironman Ibiza Blue Challenge tan cansado que parecía no estarlo. Ni él mismo llegó a saborear su victoria hasta que casi 11 horas después de la salida llegó al arco payés de meta situado en Sant Mateu.
He venido a la aventura. No sabía si podría acabar. El maratón se me ha hecho muy duro, declaró feliz el campeón.
No era para menos: 3,8 kilómetros de natación, una transición de 2.000 metros escalando por las rocas hasta recoger su bicicleta en la iglesia de Santa Agnès para recorrer 180 km y un maratón tan bello como terrorífico le minaron las fuerzas y casi la moral. Y lo consiguió después de «un año muy difícil. Hace un mes casi no podía correr. He sufrido mucho. Al final he logrado llegar medio corriendo y medio andando. Estoy muy contento, afirmó Campillo (10h.50:24), que se impuso a Germán Stihl (11h.08:25) y a Javier Delgado (11h.22:27), segundo y tercero, respectivamente.
Un durísimo triatlón que arrancó a las seis de la mañana, cuando dejaron sus bicicletas en el box de Corona y un autobús les llevó hasta la punta des Molí, donde una embarcación trasladó a los participantes de la prueba reina y de la natación –de la misma distancia– a la salida, fijada en las islas Margalides.
En el buque, que zarpó a las 8 horas, los 10 valientes de la prueba madre intercambiaron opiniones antes de embadurnarse de crema y enfundarse la segunda piel de neopreno que les acompañó durante 3.800 metros de natación en aguas abiertas. El pistoletazo de salida se dio con el mar como una balsa de aceite y con los rayos de sol apareciendo sobre el acantilado. La primera fase ya dejó a Campillo y Germán Stihl en las dos primeras posiciones. La parte más espectacular llegó a su salida del agua, cuando tuvieron que sobreponerse a los mareos para subir los escalones de piedra natural de ses Balandres enganchados a una cuerda y ayudados por algunos miembros de la organización.
El ciclismo tampoco dio respiro, con un trazado rompepiernas muy rápido, pero con fuertes rampas y el asfalto mojado en algunos de los puntos más técnicos. En esta zona trató el ganador final de asentar una diferencia importante que le permitiera encarar los 42 kilómetros de carrera con las máximas garantías.
Stihl le siguió de cerca en todo momento, a una distancia que osciló entre los 5 y los 25 minutos. Pese a que las fuerzas llegaron a fallarle al primer ganador de la competición, no fue suficiente para arrebatarle el triunfo. Un maratón que obligó a usar luz artificial a los 10 participantes de la ultradistancia (dos de los registrados causaron baja por lesión). Una edición escueta en participación, pero que ha transmitido una sensaciones a la organización suficientemente buenas como para creer en el futuro del evento. La Cantina (relevos Ironman), Oscar Mauleón (Swim Race) y Master Team A (Bike Crono) fueron el resto de ganadores. Al cierre de esta edición se estaba disputando la prueba de trail.